¿Qué es el oro comestible, cómo se hace y para qué se usa?

Durante mucho tiempo, el oro ha representado un elemento casi esencial para la producción de joyas en la industria. Esto tiene como resultado mayor impulso económico y una sociedad cómoda con sus prendas modernas. Pero, ¿has escuchado hablar del oro comestible?

Si no es así, pues te dejaremos saber todo lo referente a este proceso: cómo se hace y para qué se ha utilizado. De esta forma aprenderás un arte culinario nuevo para tu lista.

¿Qué es el oro comestible?

También conocido como el E-175 en el mundo de la cocina, se trata de un ingrediente o aditivo especial para aportar un toque de decoración a ciertas piezas culinarias. Se ha extendido por muchas partes del mundo llevando a los principales restaurantes la forma moderna en la comida.

De hecho, quienes más la han utilizado son personajes de dinero y que pertenecen a una sociedad potencialmente adinerada. Esto es por el hecho de que el oro, es considerado un material precioso que aumenta su valor económico.

Además, este tipo de oro comestible está hecho no solo para un plato de comida, sino para bebidas, algunos tipos de pan, chocolates, entre otros. Así pues, es muy versátil en la alta cocina lo que ha llevado a muchos a decantarse por él.

qué es el oro comestible

¿A qué sabe el oro comestible?

No hay que preocuparse por su sabor o por que sea tóxico y dañino para la salud. La realidad es que carece de químicos y sabores, por lo que es conveniente por su apariencia y textura. Son láminas de oro que agregan un estilo único en cada postre, comida o bebida para extasiarse.

De manera que, el oro comestible ha sido bienvenido en la cocina y quienes la usan para decorar sus piezas culinarias quedan satisfechos con los resultados. Incluso, resulta ideal para esas ocasiones especiales como bodas, bautizos, cumpleaños y otras celebraciones costosas.

¿Cómo se hace el oro comestible?

Ahora bien, también es apropiado dirigir tu atención al proceso de elaboración de este tipo de ingredientes. Solo así podrás ver lo que implica y por qué quizás mantiene un costo tan elevado. Así que a continuación te lo mostramos.

  • En primer lugar, se empieza seleccionando unas pequeñas porciones o también pepitas de oro, que tienen un alto quilaje
  • Luego de este primer paso, se procede a fundir el oro en un crisol de 1200°. Como resultado, el oro comestible queda prensado en finas láminas pero también se le aplica un proceso para bajar su espesor que puede tomar 45 minutos aproximadamente.

La destreza es un aspecto fundamental de esta elaboración, pues al quedar la lámina de oro delgada, tiende a ser mucho más flexible y delicada. De allí que sea necesario manipularlo con cuidado para no perder todo el trabajo.

cómo se hace el oro comestible

¿En qué se usa habitualmente?

Aunque el principal uso del oro sea para joyas y explotación de otras piezas importantes, también se ha utilizado en otros campos. La cocina es uno de ellos, y ha logrado satisfacer las preferencias y altas exigencias de la sociedad.

Por ejemplo, se usa muy a menudo en la cocina para decorar y para dar un estilo diferente y extravagante a la comida. Como ya hemos mencionado no tiene sabor, así que conviene su uso especialmente decorativo.

En el caso de la repostería, este es sin duda el espacio culinario donde se hace evidente el uso de oro comestible. Tiene un fin ornamental y se utiliza para recubrir postres, dulces o pasteles de eventos sociales importantes.

en que se usa el oro en la cocina

¿Dónde se puede comprar láminas de oro comestible?

Si sirve de guía, existen tiendas de objetos decorativos que incluyen las láminas de oro comestible. También se pueden encontrar en ventas de artículos para repostería, donde mayormente se exponen piezas ornamentales para los postres.

Aunque también es posible que en establecimientos de alta cocina, se consigan este tipo de piezas decorativas de oro.

¿Cuánto cuesta este tipo de oro?

El costo del oro comestible dependerá de cuantas láminas se necesiten, pero es posible encontrarlas en set de varias piezas. No es tan elevado como puede parecer, solo hay que definir la necesidad y la cantidad de la lámina.

  • Normalmente, cuando es un paquete variado el precio ascenderá a unos 50 o 60 euros.
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