¿Es posible convertir el plomo en oro?

Durante siglos, la alquimia, una doctrina que combinaba la química, la física, la filosofía y hasta cuestiones espirituales se obsesionó con encontrar la ‘piedra filosofal’, una sustancia que permitiría convertir metales básicos como el plomo en oro.

El debate sobre si en verdad algún alquimista logró hacerlo persiste hasta hoy en día, sin embargo la ciencia no tiene pruebas de ello. Con el tiempo, la alquimia cayó en desuso, siendo reemplazada por las ciencias duras y el tema de la transmutación de metales quedó archivado como un mito hasta que, a mediados del siglo XX la naciente era atómica lo hacía posible.

Historia de la transmutación de plomo en oro

La historia moderna de la transmutación comienza en 1919 cuando Ernest Rutherford bombardeo un átomo de nitrógeno con partículas alfa convirtiendolo en oxígeno. Es decir, logró cambiar la naturaleza del núcleo del nitrógeno.

Este proceso nos permitió entender que, a diferencia de lo que pensaban los alquimistas, no se pueden alterar los elementos por medios químicos. El descubrimiento del átomo nos mostró que, la química solo puede afectar los electrones superficiales. Es necesario un proceso físico que afecte el núcleo mismo del elemento.

Comprendiendo esto, en 1980, Glenn Seaborg, premio Nobel de Química de 1951, logró transmutar una pequeña cantidad de plomo en oro. Sin embargo parece que los científicos soviéticos se le adelantaron ya que en 1972, en una instalación nuclear en Siberia habrían logrado transmutar blindaje de plomo en oro.

Pero para entender como esto es posible, debemos conocer primero las características físicas de los metales.

Transmutación hoy: proceso de convertir el plomo en oro

Los elementos, como el plomo, el oro, el hidrógeno y el oxígeno, están formados por un sólo tipo de átomo. Cuando algunos elementos se combinan forman moléculas. Por ejemplo una molécula de agua se compone de dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno.

Ahora bien, los átomos a su vez están formados por tres pequeñas partículas: protones de carga positiva, electrones de carga negativa y neutrones, que no tienen carga en absoluto. Los protones y los neutrones se ubican en el centro del núcleo del átomo, mientras que los electrones se mueven alrededor del núcleo.

La cantidad de protones en el núcleo es de suma importancia, ya que determina el elemento del átomo. Esto se denomina número atómico, y es básicamente el número de identificación del elemento. El plomo posee número atómico 82 y el oro número atómico 79.

Esto quiere decir que convertir un elemento en otro elemento sería tan simple como eliminar o agregar protones al núcleo atómico, un proceso que se llama transmutación nuclear. Para convertir el plomo en oro solo deberíamos obligarlo a liberar tres protones.

El problema es que para lograr esto se requiere un acelerador de particular colosal y enormes cantidades de energía, tanta que el costo superaría con creces al valor del oro obtenido y esa es la principal desventaja por lo cual este método para obtener oro resulta inviable, al menos por ahora.

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