¿Cómo se forma el oro y donde se encuentra?

El oro es uno de los metales preciosos más codiciados del mundo. La historia de la humanidad se escribe en base a la ambición por conseguir este preciado elemento. Ocupa el lugar 79 en la tabla periódica y su nombre deriva del latín aurum que significa brillante amanecer.

Aunque su valor para el común de las personas radica en que es un metal brillante y difícil de encontrar en la naturaleza, sus propiedades físicas lo hacen aún más preciado; el oro es maleable como ningún otro, es dúctil y posee una baja alterabilidad.

Pese a estar repartido por todo el globo, su origen no se encuentra en las entrañas de la tierra sino que proviene del espacio, luego los cambios geográficos lo han puesto a nuestro alcance. La historia del oro es fascinante y en este post te contaremos todo lo que necesitas saber sobre él.

El origen del oro en la tierra

Los científicos pasaron años intentando averiguar cómo se formaron los metales pesados tales como el oro, la plata y el platino ya que la energía necesaria para lograrlo no podía ser replicada en la tierra en condiciones naturales y ni siquiera en un laboratorio.

Es por ello, que la explicación a su origen ha tenido que ser encontrada fuera del planeta. Lo cierto es que la ciencia ha podido probar que la formación del oro encuentra su origen en las fusiones nucleares dentro del corazón de las supernovas.

En estas estrellas gigantes se comprimen y se calientan los materiales que dan origen al oro y otros metales pesados. Tras colapsar su núcleo y explotar, liberan su contenido en forma de miles de millones de meteoritos donde se encuentran alojados estos metales pesados.

Se cree que hace unos 200 millones de años tras la formación del planeta una lluvia de estos meteoritos bombardeó la tierra. El planeta aún era un tanto ‘blando’ y el hierro presente en estos meteoritos se hundió formando el núcleo del planeta pero también arrastró consigo a la mayoría de los metales preciosos como el oro y el platino.

De hecho se estima que en el interior de la tierra hay suficiente de estos metales como para cubrir toda la superficie con una capa de 4 metros de espesor. Posteriormente a la formación del núcleo, más lluvias de meteoritos habrían seguido esparciendo oro y otros metales por todo el planeta.

¿Cómo se forma el oro en las montañas?

El oro se encuentra diseminado por todo el planeta, aunque es cierto que en algunos lugares hay más que en otros. Para entender como se forma oro en las montañas debemos recurrir a la tectónica de placas, es decir el movimiento de las placas tectónicas que componen el planeta y cuyo desplazamiento es el causante de la creación de los continentes, los volcanes, las cadenas montañosas, los ríos, valles y por supuesto, los terremotos.

Cuando dos placas colisionan, el manto rocoso se eleva y esas rocas que estuvieron enterradas por millones de años a kilómetros de profundidad, de pronto vuelven a la superficie y con ella todo su contenido mineral. En el interior de estas rocas, donde se encuentra el magma, hay cuarzo líquido, cuando este se solidifica atrapa en su interior vetas de oro.

¿Cómo se forma el oro en los ríos?

En los lechos de algunos ríos, en ciertas áreas específicas se puede encontrar polvo de oro o, con suerte, pequeñas pepitas. Esto se debe a que el agua de ciertos ríos, que ven su origen en la alta montaña, transporta metales pesados desde el corazón de estas que luego son depositados en las curvas internas, detrás de grandes rocas o bien en los espacios de agua muerta.

También es posible encontrar oro en zonas donde ya no hay agua, es decir en ríos secos. Estos antiguos causes en los que ya ha desaparecido el agua, suelen encontrarse metales en los sedimentos en los lugares mencionados anteriormente.

¿Por qué el oro está tan valorado hoy en día?

dónde se encuentra el oro

El origen de nuestra fascinación por el oro se remonta al 4000 AC, aunque algunos especialistas insisten en que data de muchos miles de años antes. Lo cierto es que, el oro es valorado principalmente por su apariencia. Ya sea en forma de adornos, joyas o monedas, el oro era altamente apreciado en Egipto, Grecia, Sumeria, Libia, Persia y del otro lado del mapa por Aztecas e Incas.

Incluso en la Biblia la tierra celestial está cubierta de oro. Es decir, la tradición antigua bastaría para explicar porque lo valoramos tanto. Sin embargo, eso no es todo. El oro posee propiedades que no posee ningún otro metal pesado que lo hacen aún más atractivo.

Aunque el oro es escaso, tampoco es tan raro como otros metales y se ha encontrado con relativa facilidad durante miles de años aunque ahora no sea el caso. Pero eso no es todo; el oro no reacciona ni con el agua, ni el aire, es decir, no se oxida ni se estropea. Nunca pierde su brillo.

Tampoco reacciona químicamente con la mayoría de los compuestos químicos y es un excelente conductor eléctrico. Además es el metal más maleable de todos; su baja temperatura de fusión permite darle forma de manera sencilla y por eso podemos moldearlo en forma de monedas, joyas y lingotes.

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